Cineclub _ The mystery of the leaping fish (1916).pdf

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¡Todos drogados!
El misterio de los peces saltadores
(The
mystery of the leaping sh,
Christy Cabanne y John Emerson, EE.UU., 1916).
L
os años del cine mudo fueron años de locura, de arte, de desfase y lluvias de dinero, de ruinas a
imposibles y escándalos sin n. Aquellos locos que huyeron hacia la costa oeste y se instalaron en
Thomas Alva Edison y sus matones de Nueva York, dueños a la fuerza de la industria cinemat
consiguieron derrotarlo y salirse con la suya en una nueva tierra de promisión. Un lugar para l
n, la vida misma representada sin tapuj
estas hasta el amanecer. Desde principios de los años
éxito que también era una quimera y un pozo de fracaso. En
microcosmos formado de celuloide, sueños y
Productores Cinematográ cos de Estados Unidos (MPAA), con William H. Hays al frente, intentaron pon
conseguirlo. Los obispos, los políticos republicanos y los sectores más reaccionarios de la sociedad norteam
cómo en aquella ciudad del demonio los valores eternos que ellos querían imponer se iban por el sumidero
claro está, pero esa es otra historia. Vamos a recordar una película que re eja a la perfección qué signi
locura, de libertad expresiva y de descontrol. No todo fue así, claro está: la memoria nos crea un lugar con
hacerlo lo más real posible. Pero el cine es un sueño, dicen, y la vida sueño es, ¿no?
El misterio de los peces saltadores
(The
Mystery of the Leaping Fish,
1916) es un mediometraje que parodi
como genial la gura de Sherlock Holmes. El guion de Tod Browning, el director que en la década de los 2
grandes obras maestras protagonizadas por el actor Lon Chaney, y ya en la etapa del cine sonoro el
protagonizado por Bela Lugosi y, de manera especial para todos los amantes del cine, la sublime
La pa
(Freaks, 1932), centra sus divertidas perlas en la fama de detective cientí co del gran Sherlock, en su c
disfrazarse y, cómo no, en su a ción a las drogas. Arthur Conan Doyle, en la segunda novela protagon
Sherlock Holmes,
El signo de los cuatro
(The
Sign of the Four,
1890), muestra a su héroe justo en el prime
con una jeringuilla una disolución de cocaína. Doyle, debido a la fama que desde entonces adquirirá su pe
a mostrar esta a ción de manera tan cruda, pero todos los seguidores de su creación sabemos que cuan
Watson nos cuenta cómo se encierra en su habitación presa de un mutismo absoluto y una abstracción
repito, ya sabemos qué ha hecho Holmes. Esta adicción tomará un protagonismo especial en la parodia qu
algunos de los momentos más absolutamente divertidos de la película.
El misterio de los peces saltadores queda como un magnífico ejemplo de una época loca
podía tratar cualquier tema con una libertad que quizá hoy también exista, pero desde
falta de pretensiones, con esa naturalidad, con el único objetivo de hacer reír al especta
tonto, donde lo delirante venía apoyado por un gag casi a cada plano y una imaginació
Empezando por el nombre del protagonista, nada más y nada menos que Coke Ennyday, hasta su reloj de
horas sino los momentos en que toca dormir, comer, beber y drogarse. Es brutal cómo el bueno de Coke
casi cada plano, y cuando no está con la jeringuilla está esnifando cocaína o comiéndose un bote entero de
que deja en evidencia a la mayor parte de las supuestas comedias “salvajes” de casi un siglo después. Pero
libertad en el tratamiento no se limitan solo al uso de las drogas (los personajes que no se drogan tienen t
más aún que los que sí lo hacen, tal es el caso del jefe de policía, por ejemplo), que ya es bastante, sino
totalidad de la película. Así la gura femenina, la típica damisela en apuros que en esta ocasión no solo s
una vez sino que demostrará ser de armas tomar cuando haga falta. Interpretada por la adorable Bessie Lo
protagonizaría
Intolerancia
(Intolerance:
Love’s Struggle Throughout the Ages,
1916), la mastodóntica
Wark Grif th (supervisor de producción en esta que nos ocupa), da un toque encantador a su person
otadores, un trabajo tan delirante que por eso mismo encaja a la perfección en la trama.
La lista de nombres que participaron en esta gamberrísima genialidad no acaba aquí, porque aún ni
interpretó a nuestro detective favorito tras el mismo Holmes: Douglas Fairbanks, uno de los actores más fa
los años del mudo. Auténtico protagonista de películas de acción y aventuras, también sabía desenvolver
en la comedia. Visto hoy, parece increíble que un actor de su popularidad se implicara en semejante
incluyendo la magní ca broma nal (y debemos aclarar que Douglas Fairbanks sí que escribió numerosos
que hay que añadir la capacidad de saber reírse de sí mismo a sus ya numerosas cualidades). En la dir
Emerson y un todo terreno que acabaría su carrera a nales de los 40, Christy Cabanne, no acreditado.
fantástico quizá lo recuerden como el director de la única película en color como protagonista del gran B
muerte
(Scared
to Death,
1946).
El misterio de los peces saltadores
queda como un magní co ejemplo de u
comedia podía tratar cualquier tema con una libertad que quizá hoy también exista, pero desde lueg
pretensiones, con esa naturalidad, con el único objetivo de hacer reír al espectador sin tomarlo por tonto, d
apoyado por un gag casi a cada plano y una imaginación visual prodigiosa. Sí, ya, es verdad, no todas las
estamos soñando.
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Ficha técnica
USA, 1916. Título original: The Mistery of the Leaping Fish. Directores: Christy Cabanne y John Emerson. Guion: Tod Browning, con intertítulos de Anita Loos. Productora: Tri
junio de 1916. Fotografía: John W. Leezer. Supervisor: David Wark Grif th. Ayudante de cámara: Karl Brown. Intérpretes: Douglas Fairbanks, Bessie Love, Allan Sears, Tom
Joe Murphy, Alma Rubens, Charles Stevens, B. F. Zeidman.
A continuación, pueden ver la versión cinematográ ca de 1916 de
The Mystery of the Leaping Fish. 
Existe una copia restaurada —en 2003— de 35mm en el Museo de Arte M
The Mystery of the Leaping Fish.avi
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